PESCA SIN MUERTE (CATCH AND RELEASE)

La pesca sin muerte es el presente y futuro de la pesca deportiva. Cuando devolvemos al agua los peces que capturamos estamos contribuyendo a mantener los ecosistemas acuáticos y, con ellos, la salud de las poblaciones en los distintos ríos, lagos y mares. En muchas regiones, así como en numerosos torneos, la captura y sueltaes ya la única modalidad permitida. Sin embargo, que un pescador devuelva su captura al lugar donde la encontró no significa que el pez vaya a sobrevivir.
                                               Resultado de imagen de captura y suelta

Distintos estudios aseguran que aproximadamente el 16% de las capturas acaban muriendo en los minutos y horas posteriores a la suelta. Esta circunstancia se debe a múltiples factores, pero la manipulación del pez por parte del pescador es quizá el más determinante.
La lucha del pez contra el hombre puede tener consecuencias terribles para el primero. Por un lado, puede sufrir extenuación, lo que mermará sus posibilidades de recuperarse, sobre todo si la temperatura del agua es alta, ya que se cansa más; también estrés, que puede llevarle a un colapso; y sus branquias se deterioran al contacto con el aire. Todo ello sin mencionar las hemorragias que puede provocar el anzuelo…
Parece claro, por tanto, que a la hora de practicar la pesca sin muerte hay que tener sumo cuidado en los pasos a seguir. A continuación te contamos cuáles son las claves para practicar una pesca de captura y suelta efectiva.
El aparejo de pesca más importante es, sin duda, el anzuelo, ya que es este elemento el que se introduce en la boca del pez. En líneas generales, los anzuelos sin muerte no tienen arponcillo (concebido para hacer más difícil que la captura se libere) y son de un material biodegradable, ya que en la captura y suelta es preferible dejar escapar al pez con el anzuelo en la boca que provocarle daños graves mientras intentamos soltarlo. Los anzuelos biodegradables acaban desintegrándose con el tiempo, por lo que el pez sobrevive.
La sacadera es un aparejo esencial para practicar pesca sin muerte, ya que nos sirve para atrapar el pez sin tener que agarrarlo ni manosearlo. De hecho, en todos los cotos de pesca sin muerte el uso de sacadera es obligatorio. Pero para que sean eficaces deben estar formadas por una red sin nudos y de un material preferiblemente plastificado. Hay que tener en cuenta que el roce con la malla puede producir abrasiones en las escamas del pez, por lo que recomendamos utilizarla el tiempo mínimo imprescindible para observar nuestra captura y hacerle, si queremos, una fotografía.

                                 Resultado de imagen de captura y suelta

Una vez hemos capturado nuestro pez y lo tenemos en la sacadera, tenemos que quitarle el anzuelo. Esta es quizá la parte más complicada de la pesca deportiva, y donde el pez más daños puede sufrir. Hay que evitar tocar el pez. Por el contrario, cogemos el hilo con una mano y con la otra intentamos liberar el anzuelo valiéndonos de unas tenazas especiales o desembuchador.
Si no es posible soltar el anzuelo sin manipular en exceso el pez, lo recomendable es cortar el hilo lo más cerca posible de la boca del animal y a continuación liberarlo. Si, como recomendábamos arriba, el anzuelo es biodegradable, con el tiempo el pez acabará perdiéndolo.
Aquí llega otra parte difícil para la que se requiere cierta habilidad (habilidad que obtendremos con experiencia). Es en este momento cuando tenemos que tocar el pez, con las manos mojadas o un trapo húmedo para no dañar la mucosa, sin presionar en exceso (podrías dañar órganos internos) y evitando poner los dedos en ojos y branquias. La manera aconsejable de sujetar un pez es con una mano en la cola y la otra entre el estómago y el pecho, manteniendo la aleta pectoral entre los dedos para evitar que se mueva.
Muy importante: el pez no puede entrar en contacto con el aire, al menos no durante más de unos pocos segundos. Las truchas, por ejemplo, tienen muy pocas posibilidades de sobrevivir si pasan más de un minuto fuera del agua. De ahí que, si quieres practicar pesca sin muerte, tienes que olvidarte de colocar tu captura sobre piedras o arena para poder hacerle una fotografía. Mejor dentro del agua.
Una vez que tenemos el pez atrapado en nuestras manos dentro del agua, debemos situarnos en una zona con corriente suave y moverlo hacia delante y hacia detráspara permitir la oxigenación de las branquias. Cuando el opérculo (la aleta de hueso duro que protege las branquias) comienza a moverse rítmicamente, es el momento de reducir la presión y dejar que el pez se aleje nadando.



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